Novedades de los Certificados de Ahorro Energético (CAE): balance y perspectivas

La eficiencia energética se ha consolidado como uno de los ejes estratégicos de la transición energética en España, tanto para el sector público como para el privado. En este contexto, los Certificados de Ahorro Energético (CAE) se han convertido en una herramienta clave para transformar las inversiones en eficiencia en un valor económico tangible. Durante el último año, el sistema CAE ha experimentado avances relevantes que refuerzan su papel dentro del marco regulatorio y abren nuevas oportunidades para empresas y administraciones públicas.

Los CAE son documentos electrónicos que acreditan ahorros reales de energía final obtenidos tras la ejecución de actuaciones de eficiencia energética. Cada certificado equivale a un kilovatio hora (kWh) de energía ahorrada y puede ser comercializado en el mercado para que los sujetos obligados —principalmente comercializadoras de energía— cumplan con sus obligaciones anuales de ahorro frente al Fondo Nacional de Eficiencia Energética. Este mecanismo permite canalizar inversiones hacia proyectos eficientes y acelerar la descarbonización del sistema energético.

Una de las principales novedades de este año ha sido la puesta en marcha de la nueva plataforma web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), que permite realizar un seguimiento público y transparente del sistema CAE. A través de esta herramienta, se pueden consultar estadísticas actualizadas sobre el número de actuaciones, los ahorros certificados, la distribución territorial o el estado de tramitación de los expedientes. Esta mayor visibilidad supone un paso importante para la consolidación del sistema y para generar confianza entre los distintos agentes implicados.

Los primeros datos consolidados reflejan un crecimiento significativo del sistema. Hasta finales de 2024, se habían tramitado más de 1.200 actuaciones de eficiencia energética, alcanzando un ahorro anual certificado superior a los 2 TWh de energía final. Este volumen equivale aproximadamente al consumo eléctrico mensual de una gran comunidad autónoma y ha permitido evitar la emisión de alrededor de medio millón de toneladas de CO₂. Estas cifras confirman el potencial de los CAE como instrumento efectivo para cumplir los objetivos nacionales de eficiencia energética y reducción de emisiones.

En este proceso, el papel de los sujetos delegados resulta fundamental. Actualmente, el sistema cuenta con varias decenas de sujetos delegados acreditados, que actúan como intermediarios entre los sujetos obligados y los propietarios de los ahorros energéticos. Su función es clave para dinamizar el mercado, ya que facilitan la gestión técnica y administrativa de los certificados, reducen barreras de acceso y permiten que empresas de menor tamaño o entidades públicas puedan participar en el sistema sin asumir una carga excesiva. La profesionalización y expansión de estos agentes es uno de los factores que está contribuyendo al crecimiento del mercado CAE.

Las administraciones públicas también están adquiriendo un protagonismo creciente dentro del sistema. No solo como reguladoras e impulsoras del marco normativo, sino también como generadoras directas de ahorros energéticos a través de actuaciones en edificios públicos, alumbrado, infraestructuras o flotas de transporte. Tal y como ya se señalaba en análisis sectoriales publicados el año pasado, el sector público tiene una gran capacidad para liderar con el ejemplo, demostrar la viabilidad del sistema CAE y generar ahorros que, además de reducir el consumo energético, pueden convertirse en ingresos adicionales o en financiación para nuevas inversiones eficientes.

A pesar de los avances, el sistema CAE aún afronta retos importantes. Entre ellos destacan la necesidad de simplificar los procedimientos administrativos, ampliar el catálogo de actuaciones estandarizadas y facilitar el acceso a pymes y proyectos de menor escala. No obstante, las perspectivas son positivas: el incremento del número de agentes, la mejora de las herramientas de seguimiento y el creciente interés del mercado apuntan a una consolidación progresiva de los CAE como instrumento estructural de la política energética.

En definitiva, los Certificados de Ahorro Energético están demostrando ser una herramienta eficaz para alinear los objetivos energéticos y climáticos con la realidad económica de empresas y administraciones. Las novedades introducidas durante este último año refuerzan su credibilidad y abren la puerta a una mayor participación. En un contexto de transición energética acelerada, los CAE se perfilan como una palanca clave para convertir la eficiencia energética en una oportunidad real de valor y sostenibilidad.

Comparte en: